Un caso que quedó impune *
 

El 13 de mayo de 1988, una columna armada de Sendero Luminoso tendió una emboscada a un convoy militar del Ejército peruano en Erusco, anexo del distrito de Cayara de la provincia de Víctor Fajardo, en el departamento de Ayacucho. En el combate perdieron la vida un capitán del Ejército y tres soldados. Cuatro senderistas también murieron en la acción.

Un día después, 180 soldados del Ejército ingresaron al poblado de Cayara y asesinaron al primer habitante que se encontraron en su camino cuyo nombre era Esteban Asto. Registraron las casas, incendiaron algunas y tomaron la municipalidad. Llegaron hasta la iglesia del pueblo y fusilaron a cinco hombres que se encontraban en la iglesia desarmando un tablado.

Continuando con su macabro acto, asesinaron a cerca de cien personas separando a algunas mujeres y niños. Para matarlos utilizaron cuchillos, machetes, bayonetas e instrumentos de labranza. A los que no morían se les remataba con un balazo en la sien.

Luego, el comando político militar de la zona, al mando del general Luis Valdivia Dueñas, denunció la emboscada del día 13 de mayo ante el fiscal de la provincia de Cangallo y Huancapi afirmando que en la emboscada habían participado cerca de cien subversivos de la provincia de Cayara y otros pueblos cercanos.

En el Congreso se creó la comisión investigadora encabezada por el senador aprista Carlos Enrique Melgar. Dicha comisión era integrada también por los parlamentarios Javier Diez Canseco y Gustavo Mohme Llona. El informe Melgar, presentado el 9 de mayo de 1989, absolvió de toda responsabilidad al genecal Luis Valdivia Dueñas así como al resto de militares implicados
en el caso.

Cuando una testigo logró identificar a un familiar asesinado brutalmente en Cayara, Melgar pidió que esa diligencia sea declarada nula, pedido que fue rechazado por la Sala Penal de Ayacucho quien ordenó una nueva diligencia.

El fiscal Carlos Escobar, quien fuera premiado luego por diversas organizaciones defensoras de derechos humanos internacionales, logró reunir los testimonios de campesinos sobrevivientes a los que a duras penas logró investigar ya que los militares y las autoridades del Ministerio Público le ponían trabas.

Meses después, los cuerpos fueron hallados en fosas comunes. Los posteriores exámenes forenses comprobaron que los campesinos fueron asesinados salvajemente y no en un enfrentamiento como argumentaban los militares.

Cuando Carlos Escobar estaba a punto de cerrar la invesúgación y denunciar a los responsables, fue cesado del cargo con el pretexto de que no había dinero para continuar con las investigaciones, cosa que era falsa porque se le comisionó para investigar las desapariciones en la selva donde se gastaba lo mismo que en Cayara.

En su reemplazó se designó a un nuevo fiscal que en menos de un mes resolvió que no había pruebas suficientes y archivó la denuncia.
 
 

Alan García habría ordenado borrar las huellas de la masacre de Cayara

Ex fiscal Carlos Escobar obtuvo esa versión de coronel EP que fue testigo del hecho

Christian Capuñay
 

Corría el año 1988 y el país era gobernado por Alan García Pérez. El 14 de mayo de ese año un grupo de militares, al mando del general Luis Valdivia Dueñas, asesinaron salvajemente a campesinos de la provincia de Cayara, en Ayacucho, en venganza por una emboscada que sufrieron a manos de terroristas de Sendero Luminoso y en la que perdieron la vida cuatro miembros del Ejército Peruano.

Cuando la denuncia fue hecha pública, el entonces fiscal Carlos Escobar tomó la investigación a su cargo y se topó con una serie de obstáculos que al final lograron que los autores intelectuales y materiales de la masacre así como los asesinatos de los testigos claves, quedaran impunes.

A más de trece años de los hechos, Carlos Escobar -ahora dedicado a la defensa de los Derechos Humanos- narra cómo, desde el Ejército, el Congreso y el Ministerio Público se impidió la investigación y revela cómo una versión de un testigo de primera mano, compromete directamente al presidente de la República de ese entonces, Alan García Pérez, en el ocultamiento de las pruebas.

¿Qué pasó en esa reunión que sostuvo con Alan García el 22 de mayo de 1988?

- Cuando yo estaba investigando en Ayacucho, el presidente Alan García viajó a esa zona y solicitó una reunión conmigo en el hotel de turistas. En una habitación del segundo piso nos reunimos. Allí cometí el error de informarle sobre las pruebas e indicios que yo había logrado reunir en el transcurso de la investigación. Le dije que los cuerpos encontrados tenían huellas de haber sido asesinados con cuchillos, machetes, etc. Y no con balas como decía el Ejército, por eso pedí que vinieran médicos de Lima
para certificar la causa de la muerte.

¿Qué pasó después?

- Los médicos no llegaron a tiempo y los cadáveres fueron removidos del sitio dónde fueron encontrados.

¿Cómo relaciona este hecho con el ex presidente García?

- Más adelante, cuando yo ya había dejado la investigación me encontré con el coronel Rafael Córdova, quien era el segundo de Luis Valdivia Dueñas en la zona de Ayacucho. El me narró que inmediatamente después de terminada la reunión que tuvimos, García ordenó viajar a Cayara en helicóptero y ordenó que los cadáveres de las fosas encontradas fueran removidos de su sitio y
que borraran las huellas de sangre de la iglesia donde asesinaron a varios campesinos.

¿Por qué no denunció este hecho?

- Cuando obtuve esta versión la llevé a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Lamentablemente la Corte no se pronunció sobre el fondo del caso.

Escobar manifestó que durante todo el proceso de investigación pudo comprobar la forma en que se trató de encubrir el caso para no sancionar a los responsables. "Había una desesperación por evitar que se sepa la verdad" señala. "Incluso a pesar de todos los pedidos que hicimos para darle garantía a los testigos que habían aceptado declarar, nunca se procedió a hacerlo, hecho que permitió que los testigos fueran asesinados". El ex fiscal asegura que los pedidos de garantía para la vida de los testigos los hizo llegar al propio Fiscal de la Nación de ese entonces, Hugo Denegri quien no procedió a aceptar la petición.

"Eso ocurrió con uno de los testigos presenciales, Martha Crisóstomo, quien logró identificar el cadáver de su tía y para quien yo pedí ante el fiscal de la Nación que la saquen de la zona porque su vida corría peligro. Sin embargo, esto no se hizo y esta persona fue asesinada, lo cual puede ocasionar que una nueva investigación termine responsabilizando por comisión por omisión", indicó.

Sostuvo además que los peritos que practicaban los exámenes a los restos humanos hallados en Cayara no decían la verdad en sus informes y trataban de ocultar la verdad dictaminando falsamente con la intención de encubrir el hecho.

Asimismo, Escobar confirma que ya desde el gobierno aprista, el prófugo ex asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos controlaba al fiscal de la Nación y que su intervención pudo ser decisiva para conseguir que el crimen quedara impune.

En uno de los últimos vladivídeos, Montesinos cuenta cómo Luis Valdivia Dueñas le pide ayuda para solucionar el problema en que estaba envuelto.

¿A usted le consta su intervención?

- El general Jaime Salinas Sedó ha declarado que Montesinos era el abogado de Valdivia y todo el mundo sabía que este individuo asesoraba al Fiscal de la Nación Hugo Denegri, por lo que tenía toda la información necesaria. Incluso en una oportunidad yo dejé información sobre las investigaciones al secretario del fiscal Denegri, de apellido Rodas. Más adelante ingreso al despacho de Rodas y me encuentro con Montesinos que estaba revisando el expediente y la información que dejé como si nada, incluso fotocopió lo que yo había dejado. Cuando me quejé con Rodas de ese hecho me dijo que todo era una orden del fiscal.

El Congreso no fue ajeno a la obstaculización que padeció durante toda la investigación. La comisión parlamentaria que investigó el caso, encabezada por Carlos Enrique Melgar y que era integrada en su mayoría por senadores apristas, cuestionó la investigación realizada por Escobar y en su informe en mayoría terminó absolviendo de toda responsabilidad a los militares
implicados en los asesinatos.

Escobar denunció un hecho sumamente grave y que la comisión de la verdad próxima a instalarse deberá investigar a Fondo.

El senador Carlos Enrique Melgar solicitó copias de los avances de la investigación. Yo se la envíe al Fiscal de la Nación para que éste a su vez la trasladara al senador Melgar. Días después tres testigos importantes, cuyos nombres se encontraban en la información que remití, desaparecieron extrañamente.

¿A quiénes iba a denunciar?

- Cuando presenté el informe denunciando los hechos y diciendo que iba a denunciar a Valdivia, abruptamente se me sacó del cargo argumentando que no había dinero para continuar con las investigaciones, cosa que es falsa. Nunca vi un caso en el que hubiera tantas pruebas del delito pero no se sancionó a nadie.

¿Piensa que una nueva investigación debería ampliarse al ex presidente García y a Denegri?

- Creo que sí y creo que la Comisión de la Verdad que se creará debe jugar un papel importantísimo.

¿Estaría dispuesto a integrarla en caso se lo pidan?

- Para mí sería un honor integrar esa comisión.
 

* Publicado en el diario Liberación, Lima 19 de mayo del 2001, página 7.
 

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