Vladivídeos mostraron rostros y descubrieron nombres de empresarios y dueños de medios de comunicación
Rafaella León
Varios son los tentáculos de la mafia de Fujimori y Montesinos. Los vladivídeos han mostrado rostros. Los militares y los políticos embarrados no son los únicos integrantes de la organización delictiva, ni los peores. Lo más sucio que se ha podido observar en esas cintas es la venta de medios de comunicación enteros, de información, de espacios abiertos para el entendimiento, de líderes de opinión pública. La venta de la verdad para los fines que la mafia creyó conveniente.
Los dueños de los canales de televisión más importantes del país acudieron a Montesinos para que les solucionara problemas judiciales y financieros, y modificara resoluciones a cambio de que definiera la programación a su antojo, decidiera la cancelación de contratos con periodistas incómodos y manejara las señales para garantizar la re-reelección de Fujimori. Genaro Delgado Párker, su hermano Manuel, Ernesto Schutz, José Enrique y José Francisco Crousillat, Julio Vera Abad y los hermanos Winter. Están todos los nombres de los grandes.
Pero también las arpías de menor rango se entregaron al poder de Montesinos. Se supo, así, que el publicista Augusto Bresani era quien recibía más de 100 mil dólares mensuales para pagar y redactar los titulares que eran publicados en media docena de diarios 'chicha'. Asimismo Daniel Borobio, quien aparece como testigo en un vladivídeo de la entrega de una importante cantidad de dinero al dueño de Canal 9.
Eduardo Calmell y Vicente Silva Checa (dueño y accionista de Expreso y CCN) también recibieron de manos del ex asesor más de dos millones de dólares. Un regalo fue, dijeron. Los Winter firmaron un contrato de sujeción idéntico al que firmaron los Crousillat. Por su parte, Marcelo Gullo, director de la servicial revista Sí, es tan cercano a Montesinos que éste lo llama "Mulo" frecuentemente.
Gustavo Mohme Seminario, director de La República, es mencionado en términos muy agradables por Montesinos: "Chicho viene seguido por aquí", le comentó a Carlos Ferrero. Ni el Decano de la prensa peruana se salva. El miércoles 7 de marzo de 1998, El Comercio publicó un editorial que, entre otras cosas, decía lo siguiente: "llama la atención que se haya esperado que la planta estuviera tan avanzada para ordenar su paralización". Se trata del caso Lucchetti, del que 48 horas antes, su gerente Gonzalo Menéndez había comentado con Montesinos: "Le pedimos formalmente que sacaran un editorial y El Comercio tuviera una actitud distinta, cosa que finalmente hizo hace 48 horas". Todos son del ambiente, añadió. Y no se equivocó.
Los empresarios al servicio de la dictadura no son pocos. Dionisio Romero,
Raúl Modenesi, Eugenio Bertini, Oscar Benavides de la Quintana,
Jorge Picasso, todos ellos aparecidos o mencionados en las cintas, fueron
beneficiados con resoluciones a su favor, juicios ganados y dinero puesto
a salvo a cambio de aliarse a la mafia. No han sido mencionados en la relación
de delincuentes porque el dinero no lo permite. Por eso, aquí están
también.
* Publicado en el diario Liberación,
Lima 29 de mayo del 2001, página 7.