Román de la Fuente
La historia de la penetración política del Opus Dei en el Perú no comienza con Rafael Rey. Empieza en realidad a inicios de los sesentas, con los esfuerzos de tener presencia en los medios de comunicación.
A través de Enrique Chirinos Soto, Arturo Salazar Larraín, Carlos Rizo Patrón y Jacobo Rey -estos dos últimos supernumerarios-, los superiores de la Obra entran en contacto y anudan una excelente relación con Pedro Beltrán Espantoso y Eudocio Ravines, cuya figura sería exaltada años después en el libro El Deportado por Federico Prieto.
Algunos numerarios como Carmela Aspíllaga y el propio Federico Prieto Celi entran al diario La Prensa. Y, además, los del Opus consiguen que Beltrán done en Cañete los terrenos para el Instituto Rural Valle Grande y Condoray, escuela para la formación de las empleadas que atienden sus casas.
Incluso el Opus, apoyado por la gerente de La Prensa, promueve una revista que controla completamente: Informe Ilustrado, cuyo antecedente es la revista ERPA que editaban en Cañete; y cuyo nombre era las siglas de las Escuelas Radiofónicas Populares Americanas promovidas en la sierra de Yauyos por la organización. Las escuelas se transformarían después en Radio Estrella del Sur.
Todo este esfuerzo concluye en 1968, en vísperas del golpe, con la ley que autoriza la creación de la Universidad de Piura. El lobbie del Opus en el Congreso, conducido por un experto español llamado Alberto Moncada, le permite ampliar sus relaciones políticas. Moncada terminaría abandonando el Opus y realizando posteriormente una labor de denuncia.
De estos contactos existiría uno fundamental en Piura: la familia Romero, con quienes compartía orígenes españoles comunes. Y de ella, de manera particular, Dionisio Romero. El Opus Dei obtendría de los Romero en la exclusiva zona de El Chipe, los terrenos para levantar la Ciudad Universitaria, así tomo una casona en el casco urbano de Piura. Con los años el Banco de Crédito cumpliría la labor que desempeñó en España el Banco Popular, como plataforma de financiamiento de la Obra.
Sin embargo, la revolución de Juan Velasco Alvarado y la cancelación
política de la oligarquía, frustra esta primera etapa. Compañías
como la de Beltrán o Ravines, no eran la mejor tarjeta de presentación.
AMARGA EXPERIENCIA
La época militar es una etapa difícil para el Opus Dei. Por un lado Arturo Salazar Larraín y Federico Prieto Celi, a través de Opinión Libre, tratan de revivir las trincheras de La Prensa y combaten al régimen. Son deportados y la publicación clausurada.
El Opus entiende el mensaje y cierra Informe Ilustrado, guarda perfil bajo, se atrinchera detrás de sus obispos y espera mejores tiempos. Asimismo, se fortalece la labor de Cañete para mostrar un rostro social a la Revolución.
Es en esa época que Ricardo Rey Polis, papá de Rafael Rey y supernumerario, es nombrado rector de la Universidad de Piura. Es necesario un peruano al frente de la institución para preservarla de cualquier asedio castrense. En la actualidad el rector es el español Antonio Mabres.
En el segundo gobierno de Fernando Belaunde, el Opus no comienza de cero. La universidad de Piura se convierte en el gran gancho. Es visitada, por ejemplo, por Mario Vargas Llosa y algunos miembros de la familia Miró Quesada; y empieza así unos contactos que le serán al Opus muy útiles años después. En lo inmediato, el escritor les dedica un reportaje en un programa de televisión que conducía.
Por fin, Federico Prieto consigue entrar al Ministerio de Trabajo, invitado por Alfonso Grados Bertorini. Sin embargo, muy pronto la llegada del APRA frena el proyecto político. En las filas de Alfonso Ugarte sólo contaban con Rodrigo Franco, a quien podrían tolerar como lo hicieron en España con Rafael Calvo Serer, porque lo necesitaban y era la coartada de la pluralidad. Pero su muerte prematura y la resistencia de un partido popular, a un proyecto político esencialmente conservador y autoritario, frustran cualquier posibilidad de penetración.
Como recuerda Francisco José de Saralegui, un ex numerario, que se retiró después de 25 años, en el Opus Dei "se hablaba de libertad política y profesional. De la segunda tengo experiencia personal, pero creo que hay mucho menos libertad en cuanto a opciones políticas. Si los esquemas en que uno vive son autoritarios, inmovilistas y conservadores, sólo con un esfuerzo mental casi esquizofrénico se puede ser, de veraz, socialista o liberal."
Lo sucedido de 1968 a 1980 y de 1985 a 1990 convence al Opus Dei de la urgencia, en un país tan inestable como el Perú, de una penetración más orgánica en el poder político; y la necesidad de contar con un medio de comunicación amigo, sin que pueda ser identificado como del Opus.
Por otro lado, no era sino cumplir lo que establecían entonces
las Constituciones del Opus Dei, es decir, el derecho eclesiástico
interno por el que se rige, las cuales señalaban en el artículo
202: "Medio de apostolado peculiar de nuestra Institución son los
cargos públicos, en especial aquellos que implican el ejercicio
de una dirección".
DE VARGAS LLOSA A FUJIMORI
Esta conclusión a la que llega el Opus, cuenta con un liderazgo que la puede impulsar y hacer efectiva: Juan Luis Cipriani Thorne, primero como Vicario de la Prelatura y después como obispo. Considera Cipriani que la situación del Perú es muy parecida a la de la España de los años 50, donde el Opus decidió entrar masivamente en política para brindar seguridad a la labor que realizaban y apoyarla económicamente.
El sacerdote Antonio Pérez, que dirigía en la década del 50 el Opus Dei en España, ha dejado un testimonio impresionante de cómo se planificó y ejecutó la entrada de la organización en el gobierno de Franco (Historia Oral del Opus Dei. Plaza & Janes Editores, octubre de 1987).
En el Perú lo primero era renovar cuadros, porque la figura de Prieto Celi estaba muy quemada. Se movieron contactos y amistades para colocar en el entorno del candidato favorito de 1990, Mario Vargas Llosa, a dos numerarios jóvenes: Rafael Rey y Domingo Fatacciolli. Este último se terminó casando, abandonó el Opus y vive actualmente en Australia.
Por otro lado, la penetración en El Comercio se acentuó. Los graduados en la Facultad de Comunicacicín de la Universidad de Piura entraron a los diversos niveles del diario. Algunos de sus periodistas hacen postgrado en la Universidad de Navarra. El personaje clave en este proceso es el sacerdote numerario Joaquín Diez, que es formalmente e1 responsable de la página religiosa del diario.
El poder del Opus en el periódico se consolida, cuando en alianza con un sector de la familia, aprovechando disputas internas consiguen que los herederos de Racso Francisco Miró Quesada Cantuarias y Francisco Miró Quesada Rada sean separados de la conducción de El Comercio. Los dos son hombres progresistas críticos del Opus.
Producida la victoria de Fujimori, el Opus que ya tiene una cabeza de playa en el Congreso, se mueve en el entorno de Santiago Fujimori, a través de la entonces supernumeraria y actual cooperadora de la Obra de Dios, Martha Chávez. La cual juega en pared con Rey, entonces en el Movimiento Libertad. Después del 5 de abril ambos confluyen, en un apoyo a la dictadura.
Por su parte, Prieto entra al Ministerio de Educación -terreno favorito del Opus-, y posteriormente trata de controlar El Sol, desde donde hace una labor desembozada de apoyo al fujimontesinismo.
Para cerrar el círculo del poder el paso siguiente era obtener para Cipriani el arzobispado de Lima y el capelo cardenalicio. Para ello, hay una división del trabajo: Cipriani fortalece sus relaciones con Fujimori; y Rey trabaja a Montesinos. Ambos apoyados por Martha Chávez y del banquero Romero, que como demostró un vladivídeo, mantenía relación permanente con Cipriani. Así se aseguran una mayor influencia del Opus, fuentes de financiamiento y una poderosa protección para sus labores.
En síntesis, todo parecía marchar muy bien para el Opus,
que tiene acceso directo a los más altos círculos del poder
y de la banca a través de Romero. Cipriani ve confirmada su tesis:
la situación es como la España de Franco y el Opus habría
hecho bien en apoyar a un régimen que aparentemente tenía
muy largo aliento.
UNIDAD NACIONAL
Cuando el fujimontesinismo comienza a desmoronarse, el Opus comprende que es hora de abandonar el barco. Rey empieza a marcar sus distancias, tratando cubrirse con una pátina democrática. Asimismo. con gran sentido de la oportunidad el 28 de julio de 2000, Cipriani denuncia el "poder oscuro". Esa coartada se deshace cuando se le pregunta ¿por qué no lo hizo antes?
Tampoco podía sospechar el Opus que los vladivideos demostrarían que Rafael Rey se había corrompido en el SIN. Incluso, como lo denunció Liberación, el numerario en una actitud poco ética, y abiertamente violatoria de la ley, había intervenido ante Montesinos para que liberara a Higueras, uno de los secuestradores de Mariano Querol, por el hecho de que era piurano y su familia estaba vinculada al Opus.
Juan Luis Cipriani debió haber aprendido de la experiencia de Antonio Pérez, sobre las consecuencias de mezclar a la Prelatura en aventuras políticas con las dictaduras.
Ante la llegada de la democracia para la que no estaba preparado, la única forma que encuentra el Opus para cubrir sus huellas de complicidad con la dictadura -evitando un estigma como el que lo persigue por haber sido una de las familias políticas del franquismo-, fue establecer una alianza con Unidad Nacional. No hay que olvidar que el padre de Cipriani fue fundador de la Democracia Cristiana y del PPC.
Lo que sería bueno saber es con exactitud cuántos más del Opus hay en el entorno de Lourdes Flores. Lo cual resulta especialmente difícil por el secreto con el que manejan su pertenencia a la organización, aunque se conocen algunos casos como el de la mamá de Jaime Bayly que es supernumeraria.
Las primeras Constituciones del Opus Dei eran muy claras. El artículo 190 imponía el secreto: "A los extraños se les oculta el número de los socios y, más aún, los nuestros no han de conversar de estos temas con extraños". La misma idea del secreto se confirmaba en el 191: "Socios numerarios y supernumerarios sepan bien que han de guardar siempre un prudente silencio respecto al nombre de los otros miembros; y que a nadie van a revelar nunca que ellos mismos pertenecen al Opus Dei".
Ante el escándalo que se desató al conocerse estos textos,
destinados también a ser secretos, hubo una reforma formal, aunque
el espíritu se ha mantenido. La obligación del secreto sólo
se ha atenuado, pero no desaparecido.
JAQUE AL REY
Sin embargo, el de Rey no es único caso de miembros del Opus que llegan a corromperse al contacto del poder político y económico. Cipriani antes de impulsar una aventura política autoritaria, debió meditar lo que sucedió con los miembros del Opus involucrados en los casos Matesa y Rumasa en España.
A Rey el Opus lo tiene escondido, no hace campaña, para no llamar la atención sobre su persona y evitar un escándalo mayor, que podría hacer aparecer donaciones no muy santas a las labores de la Obra de Dios. Ante lo que se puede destapar, el caso Higueras sería de poca trascendencia.
También es una estrategia para tratar de que no exista un remezón, de consecuencias impredecibles, que sacuda aún más a la ya de por sí debilitada candidata de Unidad Nacional.
A tenor de las últimas encuestas, parece que la alianza con Lourdes
no va a funcionar para cubrir al Opus Dei. La pregunta es ¿qué
harán ahora?
* Publicado en el diario Liberación,
Lima 30 de marzo del 2001, página 16.